Tiziano es una
de las figuras más relevantes de la historia de la pintura. Como artista,
evolucionó en tres o cuatro fases distintas y tocó todos los géneros del arte:
pintura religiosa, mitológica y retrato. Su longevidad y su prodigiosa
actividad artística contrastaron con la breve trayectoria de pintores como su
maestro Giorgione o el cuatrocentista Masaccio.
Se conocen pocos detalles de
los primeros años de su carrera pictórica: según Vasari, nació en el seno de la familia de un consejero jurídico, cerca de Cortina d’Ampezzo, en un
pueblecito llamado Pieve di Cadore, hacia 1477. A la edad de diez años, su
familia lo mandó a Venecia a casa de un pariente que descubrió sus grandes
inclinaciones hacia las artes y lo colocó primero en el taller de Sebastiano
Zuccato y después en el de Gentile Bellini. Pero, al encontrar demasiado monótona
la manera de este, se inclinó más por Giovanni Bellini, en cuyo taller convivió
con Giorgione, con quien participó en la decoración del Fondaco dei Tedeschi, y
permaneció hasta alrededor de 1504.

Hacia 1515, entró a trabajar en el taller
de Giorgione y fue considerado digno de acabar sus obras. Las primeras obras
ejecutadas en solitario fueron los frescos realizados para la Scuola de San Antonio de Padua, en 1512.
Estas le dieron el renombre necesario para recibir encargos de prestigio, como
las pinturas para la sala del Consejo del Palazzo
Ducale de Venecia, destruidas en el incendio de 1577. En fecha tan
temprana, la fama de Tiziano debió de traspasar las fronteras, pues en 1515
León X le ofreció trabajar en el Vaticano, aunque el artista no aceptó.
En
1516, a la muerte de Bellini y de Giorgione, Tiziano asumió el cargo de pintor
oficial de la ciudad, que ocupó durante sesenta años. Durante los años veinte
sus fama se extiendió: además de los importantes trabajos venecianos, de los
que la Asunción del Convento de Santa
María dei Frari es un ejemplo, Tiziano realizó numerosas obras para Alfonso
d’Este, como La Ofrenda a Venus, La
Bacanal de los Andrios o Baco y
Ariadna, y para los Gonzaga, para quienes realizó innumerables retratos y
la famosa Venus de Urbino.

Las décadas de 1530 y 1540 son las del triunfo máximo del
artista. Eran tantos los encargos eclesiásticos, de la república o de los
gremios que recibía, que pocos pintores podían hacerle competencia. En 1533, el
emperador Carlos V le eligió como pintor de corte, iniciando con ello una
relación muy fecunda de más de 30 años. Fue nombrado conde palatino por este y
realizó retratos muy famosos, como el de Carlos
V a caballo, en la Batalla de Mühlberg.

En los años cuarenta, Tiziano decidió viajar a Roma. Allí conoció a Miguel Ángel,
cuyas obras no influyeron demasiado en su carrera, pues ya había encontrado su
estilo hace tiempo, y consiguió varios trabajos comisionados por el Papa
Farnese, Pablo III, y por sus sobrinos, el cardenal Alessandro y el duque
Ottavio. Entre las obras maestras que realizó en esta ciudad destacan: Pablo III con sus sobrinos, el retrato de
Alessandro Farnese y Dánae. En
1546, regresó a Venecia y allí realizó, en las décadas de 1550 y 1560,
varias poesías o pinturas mitológicas
para Felipe II, quien se interesó todavía más que su padre por el veneciano.

En
los últimos años de su carrera, Tiziano se aisló creativamente. Tenía más de 80
años de edad y seguía en activo. En 1576, el año de la horrible peste de
Venecia, el anciano pintor, que se encontraba trabajando en una Piedad para su tumba, murió y fue
enterrado en la basílica dei Frari. La influencia de Tiziano la pintura europea
fue muy grande. Su estela fue seguida por numerosos pintores de Italia, como
Tintoretto o Caravaggio, y de otros países, como El Greco, Velázquez, Rubens o
Van Dyck, quienes admiraron sus lienzos y aprendieron de su pincelada sugerente
y rica en matices.
Quitando las tonterías del comentario anterior, Puedo ver que Tiziano no solo fue un gran pintor, sino que conoció a grandes artistas de su época. Es muy interesante saber el porque de sus obras, que le influyó y motivó a pintar esos cuadros. Gracias.
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